Es curioso ver cómo van transformándose estéticamente las ciudades con el paso de los años. En muchos casos, además, no somos realmente conscientes de dicha evolución pero, afortunadamente, hay proyectos artísticos y curiosos como este que nos convierte en testigos de excepción del cambio sorprendente de la vida comercial, en este caso de Nueva York. Una obra nostálgica, a la vez que sorprendente, que sabe comunicar la esencia de los comercios de barrio y capturan el espíritu de vecindad y familiaridad encarnada una vez por este tipo de establecimientos.
James y Karla Murray salieron a la calle hace ya más de 10 años para plasmar la belleza y diseños únicos de las fachadas comerciales de “la ciudad que nunca duerme”, Nueva York. Pero lo que en ese momento no sabían es que, lo que a priori era un proyecto artístico, acabaría siendo la obra que documentara el final de una era.
La crisis mundial, los nuevos impuestos y las altísimas rentas que comenzaron a aplicarse desde ese momento han propiciado hasta hoy grandes transformaciones en el sector comercial neoyorkino, y los comercios de barrio, altamente identificados con los vecindarios, han dado paso a grandes superficies y establecimientos de lujo que poco o nada tienen que ver con los comercios fotografiados en un primer momento por el matrimonio Murray.
El caso es que 10 años después, James y Karla, cámara en mano, han vuelto a darse un paseo por los establecimientos fotografiados y sorprendidos han visto que dos tercios de los comercios han desaparecido. El sorprendente cambio lo reflejan en su libro “Store Front – The disappearing face of New York”, que hace de guía visual de las “desgastadas” fachadas de las tiendas de su ciudad.
Las fotos también han sido expuestas en museos y exhibiciones, e incluso su trabajo ha sido publicado en medios de comunicación como el New York Times o el New York Post.
A continuación mostramos algunas de las fotos de este curioso proyecto visual y comercial:
Fotos vía businessinsider.com